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Cómo se logra la justicia alimentaria: historias y soluciones
Agricultura•1 min read
Explainer
Foie gras se traduce directamente como "hígado graso", que es exactamente lo que es. Conozca más sobre las aves que sufren para que la gente pueda comer este llamado manjar.
Palabras de Grace Hussain
La controversia alrededor del foie gras sigue siendo acalorada, ya que mientras algunos países, estados y hasta municipalidades prohíben este tipo de comida, otros lo atesoran como parte de su patrimonio a pesar del sufrimiento que causa. Para engordar el hígado de los patos y gansos que producen foie gras, las aves son alimentadas con una dieta nutricionalmente incompleta y en cantidades tan altas que morirían a causa de ella si no fueran sacrificadas a una edad temprana.
El foie gras se traduce literalmente del francés al español como “hígado gordo”, que es exactamente lo que es. Para producir el foie gras, a los patos y gansos se les prohíbe hacer ejercicio y se les alimenta a la fuerza en un proceso llamado sonda nasogástrica, para que sus hígados crezcan anormalmente gordos. Una vez que las aves han sido sacrificadas y sus hígados extraídos, los órganos son enviados a las tiendas y restaurantes para ser vendidos y servidos como un manjar.
El proceso de sonda nasogástrica se lleva a cabo durante las últimas semanas de vida de patos y gansos. El hígado se engorda ubicando un tubo de metal o plástico en la garganta varias veces al día para suministrar el alimento. Para lograr de la forma más eficiente un hígado más grande, el alimento que se administra por medio de la sonda se compone principalmente de maíz. La primera alimentación generalmente consiste en aproximadamente 0.4 libras de comida que se le da al ave en cuestión de segundos. Esto se incrementa con el tiempo hasta la última alimentación, durante la cual se le suministra 1 libra. Esto es mucho más de lo que consumiría un pato o ganso si se le permitiera alimentarse libremente.
Aunque originalmente se obtenía sobre todo de los gansos, la gran mayoría del foie gras producido actualmente viene de los patos, específicamente de una especie llamada mulard. Los patos mulard son un híbrido de patos de Berbería y patos domésticos, en su mayoría pekineses, y se crían más comúnmente para foie gras debido a su propensión a acumular grasa en el hígado en lugar de en otras partes del cuerpo.
El proceso mediante el cual los patos y gansos son alimentados a la fuerza para agrandar sus hígados conlleva un gran riesgo para la salud del ave. Comienza entre las 10 y las 14 semanas de edad y continúa durante 12 a 21 días. Las aves son alimentadas varias veces al día. Durante este proceso, se les ubica un tubo de metal o de plástico en la garganta y luego se les introduce el alimento de maíz en el esófago. Si el ave se resiste a la alimentación corre el riesgo de perforarse el esófago, inflamarse el cuello e incluso asfixiarse debido a su manipulación.
La evasión que muestran las aves durante la fase de alimentación forzada sugiere que para ellas el proceso es totalmente desagradable. Uno esperaría que al ser alimentadas manualmente las aves mostraran una respuesta positiva en la que anticipen y respondan ansiosamente al cuidador que las alimenta. Pero este no es el caso de las aves que experimentan la sonda nasogástrica. Por el contrario, ellas evitan que el cuidador las alimente. Después de la alimentación forzada, a pesar de que experimentan dificultad para caminar e incluso jadean, intentan alejarse del cuidador.
Las probabilidades de lesiones y muerte antes del sacrificio es mucho mayor para estas aves por su hígado enfermo que aquellas criadas para otro tipo de carne. De hecho, si las aves no fueran sacrificadas cuando lo son, sucumbirían rápidamente al daño que se les causa al hígado. La manipulación y colocación de la sonda puede dañar el delicado esófago, lo que hace que las tomas futuras sean aún más dolorosas.. La gran cantidad de alimento que se les da causa obesidad, lo que dificulta que las aves se muevan y respiren con normalidad. La inserción del tubo también puede causar lesiones en el pico, que es muy sensible y contiene numerosos nervios.
El comportamiento de las aves durante el periodo de sonda nasogástrica en sus vidas indica que la alimentación forzada es muy estresante. Esto es particularmente evidente por la resistencia que muestran hacia los corrales de alimentación forzada y la persona que los alimenta. Mientras que las aves criadas sin alimentación forzada están ansiosas por tener la oportunidad de comer, las que experimentan sonda nasogástrica se alejan de su cuidador o tratan de evitar entrar al corral de alimentación forzada. Otro indicio de que las aves se sienten incómodas y estresadas por la alimentación forzada es que sacuden la cabeza después de ser alimentadas. Por lo general, sacudir la cabeza indica un material extraño o de mal sabor en la boca.
Hay una cantidad de problemas con el alojamiento que experimentan las aves criadas para foie gras. Antes del periodo de alimentación forzada, estos patos y gansos suelen alojarse en un granero grande. Algunas veces tienen acceso al aire libre, pero por lo general no tienen agua adecuada para nadar a pesar de ser aves acuáticas. Su situación empeora cuando tienen la edad suficiente para ser trasladadas al área de sonda nasogástrica. Durante el periodo de alimentación forzada las aves se alojan en pequeños grupos o jaulas. Los patos también pueden ser alojados solos en una jaula demasiado pequeña para poder pararse, extender sus alas o darse la vuelta. Los pisos de estas jaulas pueden causarles heridas dolorosas en sus patas.
El periodo de alimentación para patos y gansos criados para foie gras les ocasiona diferentes problemas de salud, como la enfermedad hepática, específicamente degeneración grasa, que es una condición caracterizada por un número anormalmente alto de células grasas. Un hígado sano de pato o ganso tiene aproximadamente un 5% de grasa, mientras que el hígado de un ave después de la fase de alimentación está compuesto por alrededor del 50% o 60% de grasa. Este cambio antinatural en la composición y el tamaño del hígado reduce su eficacia para procesar las grasas y filtrar las toxinas. Un examen veterinario a las aves luego del periodo de alimentación forzada arrojó daño cerebral causado por las toxinas en la sangre que el hígado no pudo filtrar. Durante este periodo de alimentación forzada, el hígado de los patos y gansos se hincha hasta 10 veces su tamaño normal. Este rápido crecimiento del hígado conduce a un abdomen agrandado, lo que provoca una marcha anormal y a veces dolorosa.
Las tasas de mortalidad en las aves durante el periodo de la sonda nasogástrica está calculado entre 2 y 5%. Esto equivale a la tasa de mortalidad de las 12 semanas de vida de las aves criadas para consumo de carne, incluido el periodo posterior a la eclosión durante el cual son especialmente vulnerables.
Varios países y estados han dado el importante paso de prohibir el foie gras. A pesar de esto, el hígado enfermo de patos y gansos todavía se considera un manjar en muchos lugares, especialmente en Francia.
En el 2022 entró en efecto la prohibición de la venta del foie gras en la ciudad de Nueva York, uno de los mayores mercados de este alimento en Estados Unidos. La prohibición fue originalmente impulsada por la concejal Carlina Rivera, de Manhattan, quien señaló que la producción de foie gras era tanto un lujo como una de las prácticas más inhumanas en la producción de alimentos.
La producción de foie gras en Turquía fue prohibida de forma efectiva en julio del 2004 bajo la Ley de Protección Animal de Turquía. Además de brindar otras protecciones a los animales a lo largo de todo el país y en diferentes industrias, la ley impide la alimentación forzada de animales por otra razón que no sea la salud.
En el 2014, la India tomó la decisión histórica de prohibir la importación de foie gras. Esto significa efectivamente que esta comida no puede ser servida en ninguna parte del país.
El foie gras está prohibido en muchos lugares porque la alimentación forzada de patos y gansos para hacer productos de lujo es opulento y cruel. La alimentación forzada da como resultado aves que luchan por caminar y respirar porque una gran proporción de su cavidad corporal es ocupada por su hígado. Esta práctica es tan tortuosa que incluso el papa Benedicto XVI y el príncipe de Gales se pronunciaron contra ella.
A pesar de que el hígado es uno de los tipos de carne más baratos, solo cuatro libras de foie gras cuestan unos $30. Este precio tan alto puede ser atribuido a la labor adicional que requiere alimentar de forma forzada a los animales, unida a la escasez. Solo hay un puñado de granjas que producen foie gras en el mundo, y solo tres en Estados Unidos.
Las aves sufren inmensamente solo para que sus hígados puedan ser disfrutados por un grupo de personas adineradas en restaurantes de alta gama y en días festivos. A pesar del sufrimiento que genera producir foie gras, algunos aún exigen su producción. Esto es especialmente cierto en Francia, donde el producto es un alimento básico en Navidad y otras celebraciones. Por fortuna, producir foie gras sin la sonda nasogástrica o incluso el sacrificio es posible debido al foie gras cultivado en laboratorio. Aunque todavía se recolectan células animales de un huevo de pato para que puedan replicarse y crear el producto final, esto está muy lejos del sufrimiento de millones de patos y gansos que la industria del foie gras exige actualmente.