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Esperanza de vida de los pavos: ¿cuánto tiempo viven antes de ser faenados?
Agricultura•5 min read
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Cada día se faenan aproximadamente 25 millones de animales de granja en Estados Unidos. Muchos mueren incluso antes de llegar al matadero.
Palabras de Hemi Kim
Matar seres vivos no es algo que la mayoría de las personas quisieran hacer. Sin embargo, en los mataderos los trabajadores están autorizados para matar. Estas instalaciones de sacrificio a menudo son peligrosas para los empleados y terribles lugares para terminar con la vida de los animales que usamos como alimento.
Un matadero es el lugar donde los animales criados en granjas son llevados para ser asesinados, principalmente para producir comida. Aquí es donde sus cuerpos son recolectados para uso humano. Muchos animales incluso mueren antes de llegar al matadero, bien sea en el transporte de camino hacia su sacrificio o durante el proceso en el que son criados bajo condiciones de confinamiento extremo.
En el año 2022 había 2,785 mataderos en Estados Unidos, según un reporte del Departamento de Agricultura (USDA) sobre los establecimientos que matan y descuartizan animales para la producción de carne roja. Estos animales son vacas, cerdos (porcinos) y ovejas. Este número no incluye los 349 mataderos de aves de corral inspeccionados por el gobierno federal ni las instalaciones de sacrificio de peces.
La industria de los mataderos está muy concentrada: aproximadamente una docena de los mataderos más grandes de Estados Unidos matan más de la mitad del ganado cada año. Otros animales también tienen sitios de sacrificio igualmente concentrados.
Qué estado ocupa el primer lugar en la matanza de la mayor cantidad de animales para obtener carne depende de la especie del animal. Nebraska mata a la mayor cantidad de vacas, Iowa a la mayoría de los cerdos, Georgia a la mayoría de los pollos y Minnesota lidera en cuanto al sacrificio de pavos.
Los mataderos son lugares donde los humanos matan a animales no humanos para la producción de carne como comida. El solo acto de matar animales puede considerarse cruel.
Sin embargo, los defensores del bienestar animal han encontrado que hay niveles de matices dentro de la función principal de un matadero. La forma como la mayoría de animales son asesinados para producir comida, sin importar las condiciones en las que son criados, por lo general son innecesariamente aterradoras y dolorosas.
En el campo de la protección animal, la palabra “cruel” generalmente describe el daño que se le ocasiona a los animales no humanos, pero es importante reconocer que el daño ocurre de muchas formas, incluyendo el daño a los trabajadores, a las comunidades y al medioambiente en general, que algunas veces pueden ser olvidados en las narrativas del veganismo y de los derechos de los animales.
Antes de que los animales sean transportados al matadero, a menudo son privados de comida. Los peces, por ejemplo, son manipulados más fácilmente cuando se les priva de alimento. Los estándares de bienestar animal de la británica Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA) para el salmón de piscifactoría advierten que privar de alimento a los peces acostumbrados a ser alimentados con frecuencia, “a menudo conlleva a efectos adversos en su bienestar”. Los estándares de la RSPCA para el salmón exigen que estos no sean obligados a permanecer sin alimento por más de 72 horas, pero estos estándares solo cubren al salmón y la trucha arcoíris en circunstancias de cultivo limitadas.
Los planificadores de la cadena de suministro de carne tienen en cuenta que un cierto número de los animales que se ven obligados a subir a camiones que los transportan largas distancias desde las granjas donde son criados, morirán durante el viaje hacia el matadero. Se estima que anualmente en los Estados Unidos este número incluye alrededor de 20 millones de pollos, 330,000 cerdos y 166,000 vacas. La Ley estadounidense exige que los animales diferentes a las aves sean descargados, que descansen durante 5 horas, sean alimentados y se les dé agua cuando son transportados durante más de 28 horas. La organización Animal Look ha comprobado que estas leyes no se cumplen.
“Muerto al llegar” es una de las principales infracciones que los inspectores federales de alimentos encontraron constantemente en los mataderos de aves de corral de Estados Unidos durante 2021. Después de una visita a una planta de sacrificio operada por Tyson Foods en Nashville, Arkansas, los inspectores del USDA escribieron: “Vimos a un ave aplastada y asfixiada entre el piso dañado, levantado y doblado del camión y el enrejado de una jaula”.
Golpear animales no es algo raro en el mundo de la producción de carne. En una de sus muchas investigaciones, Mercy for Animals descubrió que a los cerdos de las granjas industriales de Estados Unidos se les arrancaban los testículos sin ningún tipo de analgésico. Después, los trabajadores agarraban a los cerdos bebés por las patas traseras, los balanceaban en el aire y los mataban golpeando sus cabezas contra el suelo. Un video investigativo de Animal Aid del 2018 “mostró a un trabajador cerrando una puerta en la cabeza de un animal y a una vaca desconcertada siendo golpeada en su camino hacia la muerte”.
Después de llegar al matadero, los trabajadores pueden usar descargas eléctricas dolorosas y aprovechar el miedo que sienten los animales para que las vacas y los cerdos se bajen rápidamente del camión. El uso de picanas eléctricas para el ganado es una forma de uso de la fuerza que es considerada suave, intensa o áspera. Cuando las picanas eléctricas u otros dispositivos de sujeción tocan el cuerpo de las vacas estas tienden a mugir y a bramar. Sus niveles de cortisol también tienden a aumentar, lo cual constituye un signo de estrés.
En un estudio del 2018 realizado a 242 camiones de un matadero de Uruguay que descargaban 8,132 vacas, los investigadores encontraron que los trabajadores usaron palos y/o picanas eléctricas en el 80% de los eventos de descarga “para obligar a los animales a salir del camión”. Los gritos se utilizaron en el 60% de los eventos de descarga. La mayoría de los animales de dicho estudio (90%) tenía uno o más moretones, lo cual constituye un signo de bajo bienestar animal. Por lo general a uno o dos trabajadores se les asignaba la tarea de bajar a las vacas del camión. No usar dispositivos para forzar a los animales a bajar del camión, o usar solo una bandera, es considerado mejor y menos traumático para los animales que el uso de una picana para el ganado.
Reducir los gritos y el uso de perros y picanas eléctricas es considerado mejor para mantener bajos los niveles de cortisol y los niveles de estrés en el ganado, según una revisión de estudios sobre el bienestar del ganado en corrales de engorde al aire libre. Otros métodos para forzar a los animales a moverse incluyen el uso de remos de sonajero que se asemejan a los remos de botes, tablas de clasificación rojas que parecen tablas de cortar con mangos cortados, y también silbatos.
Las prácticas abusivas en la ganadería industrial son a menudo documentadas por los grupos de defensa de los animales, aunque muchas de ellas están prohibidas por la industria cárnica y los estándares veterinarios. El 4 de agosto del 2007, el inspector federal Dr. Dean Wyatt encontró muchas violaciones de la Ley de Sacrificio Humanitario en el matadero de cerdos más grande de Oklahoma. En su informe, Wyatt escribió: “Los trabajadores estuvieron tratando de usar una pistola aturdidora de perno cautivo” con cerdos que estaban ya encadenados y desangrándose, lo que indica que sabían que los cerdos estaban aún conscientes.
Ciertos eventos de manipulación aversiva por parte de los trabajadores de los mataderos son lo suficientemente rutinarios como para ser contados en estudios sobre el bienestar del ganado. Un estudio de campo del 2021 observó 44 eventos de manipulación cuando dos trabajadores obligaron a 74 reses a bajar de los remolques de los camiones a los corrales de espera y a entrar a una cabina de aturdimiento en un matadero a la medida. Más de la mitad (25) de esos eventos aversivos fueron torceduras de cola, una táctica que los manipuladores usaron “para mover el ganado que se detenía y se negaba a moverse”. La torción de la cola se definió como doblarla 90 grados o más cerca de su base, de modo que pudiera quebrarse. Los otros eventos de manejo aversivo que se registraron incluyeron el uso de picanas eléctricas y golpear a las vacas.
Antes de entrar en la cabina de aturdimiento, la mayoría del ganado objeto del estudio (64%) se resistió o se detuvo, bajó la cabeza o dio un paso hacia atrás en lugar de hacia adelante. Fue en este punto donde tuvieron lugar la mayoría de eventos aversivos (70%). Una vez en la cabina de aturdimiento, las vacas con frecuencia defecaban y pateaban con una pata trasera hacia un estímulo. Defecar y patear son signos de miedo y estrés.
Ahora, mientras pasaban de los corrales de preparación iniciales para finalmente llegar a la caja de aturdimiento, un grupo significativo de vacas perdió el equilibrio y se resbaló (27%) a causa de los pisos mojados o embarrados.
Los mataderos pueden tener camiones ruidosos parqueados cerca de los corrales. En este estudio, las vacas se agruparon en un círculo cerrado, llamado también molienda, cuando un camión se acercó y se estacionó cerca de ellas. La molienda es un signo de miedo y estrés. El ganado es más sensible a los sonidos agudos que los humanos y el sonido del brazo hidráulico del camión, así como el ruido metálico del cubo de descarga del camión, podrían haber puesto nerviosas a las vacas y hacerlas más propensas a resistirse a entrar a la cabina de aturdimiento.
Se supone que los animales en los mataderos deben ser aturdidos primero para que estén inconscientes al momento de ser asesinados. El método de aturdimiento puede ser eléctrico, a gas o mecánico. La idea es que el animal sea sacrificado rápidamente, en 15 segundos según un estándar, después de que son aturdidos. Luego son colgados o acostados para “pegarles”, el término usado para describir el hecho de llevar un cuchillo a las arterias del cuello para que los animales se desangren hasta morir. Este tipo de muerte es técnicamente llamada anoxia cerebral, lo que significa que no hay suficiente oxígeno en el cerebro.
Los trabajadores en los mataderos también sufren junto con los animales que matan. Más allá de las expectativas de los libros de texto sobre las tareas que definen a un carnicero de matadero, los defensores de los derechos de los trabajadores también han documentado casos de abuso en el trabajo de los empleados de los mataderos. Los trabajadores de estos lugares son a menudo contratados en puestos temporales que los hacen sentir “inútiles” y empleados de segunda clase.
El lenguaje usado para describir el acto de matar animales para obtener comida tiende a ocultar la realidad del sufrimiento que tiene lugar entre las paredes del matadero. Por ejemplo, “pegar” a una vaca es cortarle los vasos sanguíneos del cuello con un cuchillo para que el animal se desangre hasta morir. En un artículo del 2018, la activista Maša Blaznik explora las implicaciones dañinas de exponer a los jóvenes a hacer carrera en carnicería, describiendo el atolladero emocional y las cicatrices de las personas que hacen el trabajo sucio de matar animales.
Se ha descubierto que las personas que asesinan animales en los mataderos tienen tasas más altas de “somatización, ansiedad, ira, hostilidad, ansiedad fóbica y psicoticismo” que los trabajadores de oficina o los trabajadores de empacadoras de carne en las tiendas minoristas.
El estrés traumático inducido por la perpetración es una subcategoría de trastorno de estrés postraumático que se sabe ocurre entre trabajadores que cuidan animales, veterinarios, empleados de laboratorio, veteranos de guerra y oficiales de policía. Los investigadores académicos están cada vez más interesados en esta forma específica de TEPT (trastorno de estrés postraumático) cuando discuten la naturaleza psicológicamente debilitante del trabajo en mataderos.
Como con cualquier problema social, hay muchas formas de actuar para poner fin al maltrato de animales en los mataderos. Una de ellas sería adoptar cambios en el estilo de vida personal y unirse a un movimiento creciente de veganos y otras personas cuyo objetivo es reducir el consumo total de carne. Otra forma sería apoyar los esfuerzos de la producción alternativa de carne.
El veganismo se ha vuelto popular entre la Generación Z y los Millennials. Estas personas más jóvenes son más propensas que las generaciones anteriores a cambiar sus dietas debido al papel fundamental que desempeña la agricultura animal en el cambio climático.
La creciente disponibilidad de alimentos de origen vegetal y alternativas a la carne es un reconfortante lugar de aterrizaje para las personas que buscan cambiar sus dietas.
Además de cambiar tu dieta y ayudar a otras personas a hacer lo mismo, también puedes dedicar algún tiempo a aprender más sobre las experiencias de los animales y los trabajadores de los mataderos y considerar la posibilidad de organizar un cambio social a gran escala. Para empezar, puedes consultar la investigación de Animal Outlook sobre la tortura en el transporte de animales y el estudio sistemático de Jessica Slade y Emma Alleyne sobre los riesgos psicológicos del trabajo en los mataderos.